diumenge, 10 d’agost del 2014

Lluna plena





Cierta apacible velada de agosto, Denis se daba con parsimonia su cotidiano paseo digestivo. La luna llena recortaba las hojas como encaje de sombras. Al quedar expuestos a la luz, los ojos de Denis cobraban los tenues reflejos rubíes del vino de Arbois. Aproximábase ya al roble que constituía el término ordinario de su andadura, cuando la fatalidad hizo cruzarse en un su camino al Mago del Siam, cuyo verdadero nombre se escribía Etienne Pample, y a la diminuta Lisette Cachou, morena camarera del restaurante Groneil arrastrada por el mago con algún pretexto ingenioso a las Fausses-Reposes. Lisette estrenaba un corsé Obsesión último diseño, cuya destrucción acababa de costar seis horas al Mago del Siam, y era tal circunstancia, a la que Denis debía agradecer tan tardío encuentro.

Por desgracia para este último, la situación era en extremo desfavorable. Medianoche en punto; el Mago del Siam con los nervios de punta; y, dándose en abundancia por los alrededores, la consuelda, el licopodio y el conejo albo que, desde hace poco, acompañan inevitablemente los fenómenos de licantropía o, mejor dicho, de antropolicandría, como tendremos ocasión de leer en las páginas que siguen. Enfurecido por la aparición de Denis que, sin embargo, se alejaba ya tan discreto como siempre barbotando una excusa, y desencantado también de Lisette, por cuya culpa conservaba un exceso de energía que pedía a gritos ser descargada de una u otra manera, el Mago del Siam se abalanzó sobre la inocente bestia, mordiéndole cruelmente el codillo. Con un gañido de angustia, Denis escapó a galope. De regreso a su guarida, se sintió vencido por una fuerte fatiga fuera de lo común, y quedó sumido en un sueño muy pesado, entrecortado por turbulentas pesadillas.

Boris Vian. El lobo-hombre. Traducció de J.B. Alique. Barcelona: Tusquets, 1987. (Andanzas; 51). ISBN 8472232522, p. 12-13.

+ Aquest i tots els contes d'El lobo-hombre aquí.

[Foto de Gary Oldman al rodatge de Drácula (Francis Ford Coppola, 1992): Tarkowski]

[Torontoràdio: Arthur H – La Lune]

2 comentaris:

Anònim ha dit...

Ideal per a la superlluna que ens visita aquests dies. Sota un porxo amb la llum de la lluna retallant la foscor del bosc sobre el cel. Ah, i un gintònic.

Toronto ha dit...

Ara que estan de moda els gintònics en copes baló, com llunes plenes!