divendres, 5 d’abril del 2013

Hey, Boo!




–¿Dill?
–¿Mmmm?
–¿Por qué no se ha fugado nunca Boo Radley? ¿Te lo figuras?
Dill exhaló un largo suspiro y se volvió de espaldas a mi.
–Quizá no tenga adonde huir...

Harper Lee. Matar un ruiseñor (1960).



El boig perillós de les tisores que retallava compulsivament revistes, l'ogre que et podia treure els ulls, menjava esquirols i gats crus, el fantasma de la casa encantada... en realitat va resultar ser un àngel. Recordant a Mr. Arthur Boo Radley en el 50 aniversari de l'estrena a Espanya de l'adaptació al cinema de la novel·la de Harper Lee, To Kill a Mockingbird, dirigida per Robert Mulligan l'any 1962.

Cuando le señalé, las palmas de sus manos se deslizaron ligeramente, dejando grasientas huellas de sudor en la pared, y hundió los pulgares en el cinturón. Un ligero y extraño espasmo lo agitó como si oyera unas uñas arañando pizarra, pero cuando vio que yo le miraba con admiración la tensión desapareció lentamente de su rostro. Sus labios se entreabrieron en una tímida sonrisa; pero mis repentinas lágrimas difuminaron la imagen de nuestro vecino.
–Hola, Boo –le dije.



Los vecinos traen alimentos, cuando hay difuntos, flores cuando hay enfermos, y pequeñas cosas entre tiempo. Boo era nuestro vecino. Nos había regalado dos muñecos de jabón, un reloj descompuesto, con su cadena, un par de monedas de las que traen buena suerte, y la vida de Jem y la mía.
Harper Lee. Matar un ruiseñor (1960).



[Foto: Retroweb]

4 comentaris:

Anònim ha dit...

Potser una de les millors presentacions d'una pel·lícula. És un conte que funciona sol. Un homenatge que t'ha quedat impecable.

Toronto ha dit...

Gràcies, celebro que t'agradi, Enric. Aqui estem de nou amb les files... Ben retrobat!

Samedimanche ha dit...

Me encanta...

Toronto ha dit...

...lo sé Samedimanche, el monstruo somos todos!