Pablo Picasso
Les Demoiselles d'Avignon
Oli sobre tela, 243.9 x 233.7 cm.
(1907)
“Compró pinturas nuevas ya
preparadas y lienzos aprestados en una tienda de artículos para
artistas y, recuperando su anterior entusiasmo por Picasso, se puso a
buscar un estilo relacionado con el más grande de los pintores
modernos, pero que sería el auténtico de Francis Cornish.
No habría sido fácil en cualquier
caso, pero le resultó completamente imposible después de leer la
declaración de Picasso a Giovanni Papini, aparecida en el Libro Nero
en 1952. El maestro decía:
La masa ya no busca consolación y
exaltación en el arte, pero los refinados, ricos y desocupados,
destiladores de quintaesencias, persiguen la novedad, la rareza, la
originalidad, la extravagancia, lo escandaloso. Yo mismo, desde el
cubismo e incluso antes, he satisfecho a esos expertos y críticos
dándoles todas las rarezas cambiantes que me pasaban por la cabeza y
cuanto menos me entendían más me admiraban. Enseguida me hice
famoso divirtiéndome con todos esos juegos, disparates,
rompecabezas, jeroglíficos y arabescos. Y para un pintor, la fama
significa ventas, ganancias, fortuna, riqueza. Y hoy, como sabe
usted, soy famosísimo y rico, pero cuando me quedo solo conmigo
mismo, no tengo el valor de considerarme un artista, en el sentido
magnífico y antiguo de la palabra. Giotto, Tiziano y Rembrandt sí
fueron grandes pintores. Yo sólo soy alguien que entretiene al
público porque ha comprendido los tiempos en que vive y explota al
máximo la imbecilidad, la vanidad y la codicia de sus
contemporáneos. Es una confesión amarga, más dolorosa de lo que
pueda parecer, pero tiene el mérito de ser sincera.”*
* De la segona part de la Trilogía de
Cornish
de Robertson Davies: Lo que arraiga en el hueso.
Traducción
de Concha Cardeñoso.
Barcelona: Libros del Asteroide, 2008.
ISBN:
9788493659769.
Pàg. 455-56.
[Foto: MoMA
i Libros del Asteroide]
2 comentaris:
Sobra cap comentari.
Quan he vist el títol del post he pensat "Ai, espero que no!" I ha estat que no. Perdona per haver dubtat.
Jajajaja! Noooo! Hi vaig anar una vegada a ARCO i... como Santo Tomás!
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