Sara Huete
En el país de las maravillas
(Collage)
Lo suyo es un bolero didáctico y un
vocabulario emocional. No recuerdo cuál fue mi primera mirada de una
creación de Sara Huete. La iconografía se superpone, el asombro
impone la ley del olvido y el sueño plástico es una nostalgia de
futuro. Con esta artista el universo es un collage melancólico de
tiempos entrecruzados y crónicas desveladas.
Frente a los iconos de la fugacidad y
la celérica ilustración onanista, las imágenes que propone Sara
están ancladas en la verdad, levitan perfumes de metáfora y
sugieren metamorfosis para burlarse del tiempo.
Lo que en otro es artificio en Sara
Huete es una disposición al hallazgo. Cuando la mariposa de la
inspiración queda atrapada en la caja mágica de esta hacedora de
poemas con tacto, al otro extremo del mundo se siente un riguroso
temblor, como si el desorden reclamara un abecedario definitivo para
comprender el mundo.
Como un mago renacentista, opone el
trabajo en clave de intensidad, el tempus fugit pero vivo del
instante único, al fuego del resplandor artificial. Sara Huete toma
la temperatura de la vida, mide la fiebre de la noche, cifra el
latido cotidiano y guarda lo necesario en una caja de dimensiones en
verso. Su oficina de objetos perdidos es un catálogo de emociones
reencontradas. Aquella postal se ha apropiado del presente; el dedal
es ahora la petit mort de una costurera en soledad, y el fragmento de
una carta vuela impregnada de minuciosas levedades.
Sus cuentos de cobijo, un género para
mayores niños e infantes adultos que ha creado con materiales
femeninos y fortaleza de sueños, nos cuenta el mundo y nos convierte
en sus personajes. Lo que en ellos habita es fruto de un proceso:
Primero: retazos de desmayos, coreografía deshumanizada, basura
dispersa. Después: mosaicos arrebatados y alfombras voladoras con
viajes de ida y vuelta. Finalmente: relatos de azúcar y sangre no
aptos para impávidos e ilusos.
Les invito a descubrir las
construcciones de Huete, sus assemblages, donde el rito es lo
intelectual y la marca de fábrica un legado de arqueología poética
rescatada de una civilización que nunca existió y que por eso
añoramos.
Sara Huete lo pone fácil. Por si acaso
la vida...surge el retazo, el rizo, la revelación de su gesto en
arte al que aferrarse como un último cabo en la tempestad de una
sensación huérfana.
La artista abre la vida y archiva el
caos. Su vértigo del descubrimiento nos convierte en inmortales.
Text de Guillermo Balbona
La aventura del Saber 30/01/2014
Boek visual Sara
Huete
[Música de Chet Baker]
2 comentaris:
M'he quedat esperant la modista i el didal, però ens hem quedat sols Chet Baker i jo.
Per veure alguna d'aquestes meravelles en directe, però sense Chet Baker, molt aviat a una galeria de Zaragoza.
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