* 1984-2014 * 30 ANIVERSARI *
¿Qué he hecho yo para merecer esto?
¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Pedro
Almodóvar
1984
A principis de vuitanta,
els meus pares ja em deixaven agafar sol la sarfa per anar al cine a
Figueres. Encara existien els cinemes Juncària, Las Vegas i el
Savoy, i en aquest últim (últim també en tancar) crec recordar que va ser a
on hi vaig veure ¿Qué he hecho para merecer esto?. No controlaven
gaire si eres o no menor d'edat. També hi havia vist, un any abans, Entre tinieblas. L'impacte va ser fort, quasi com un cop de kendo
amb un os de pernil al mig del front. Un altre tipus de cine diferent a tot el que fins aleshores havia vist. Els dilluns a l'escola, pel passadís o al menjador, les
comentava amb el Sr. Angel, el professor de llatí i literatura
espanyola, que sempre deia, amb un perfecte castellà de Salamanca:
más de lo mismo, tragicomedias con mucha telenovela, algo de cine
negro, me gusta cuando pone boleros en las bandas sonoras! Però en
aquells temps, com molts afeccionats al cinema, de qui més em
refiava era del gran cronista del
Fotogramas i La Vanguardia, José Luís Guarner:
Pedro Almodóvar, nuestro más temible
– y afortunadamente solitario – cineasta “pop”, se ha hecho
un sitio en el cine español con películas que, en realidad, no eran
películas, sino tebeos “underground”. Su tercer largo, “Entre
tinieblas”, significó, al fin, un intento por hacer cine de una
experiencia más bien descabellada – y en parte conseguida gracias
a una buena dosis de eso que damos en llamar “magia” - de cruzar
los más diversos géneros cinematográficos como si fueran plantas
exóticas.
El propósito de su cuento aparece
perfectamente claro: documentar que no hay placeres más sanos que
los del hogar. La heroína – en el sentido más literal del término
– es una ama de casa confinada en un piso de 40 metros cuadrados,
en el madrileño y espantoso barrio de la Concepción, que
toma anfetaminas para trabajar 18 horas diarias haciendo limpieza
y para aguantar/sostener a su familia: un marido taxista de
exigencias toscas y brutales, una
abuela adicta a las bebidas efervescentes, un hijo de 14 años
que trafica con heroína – para ahorrar y volver al campo– y otro
de 12 que suele acostarse con los padres de sus amiguitos, y un
lagarto que hace las veces de perrito pequinés. En suma, lleva una
vida insoportable, y un día llega la explosión, propiciada por sus
dotes naturales para el kendo.
En su odisea se entromete una intriga
secundaria – la maniobra de un escritor (interpretado por otro
escritor, Gonzalo Suárez), para fabricar unas falsas memorias de
Hitler explotando las dotes grafológicas del taxista y su romance de
antaño con una cantante alemana – que proporciona a esta película
un toque cosmopolita y dos escenas en Berlín, pero resta fuerza e
interés a la trama principal. Mucho mejor que este guiño a Zarah
Leander y al Tercer reich, por fortuna, funcionan otros guiños a “La
pierna de cordero”, el mejor telefilme de Alfred Hitchcock – cuyo
“gimmick” juega aquí un papel crucial – y a “Carrie”,
perfectas notas de locura al pie de este delirio de cemento, ladrillo
y (quizá los más horribles vistos en una película) papeles
pintados.
Tales elementos absurdistas subrayan
paradójicamente la realidad a ultranza del ambiente y de los
personajes, reales como la vida misma, dibujados con trazos firmes e
intencionados y magníficamente interpretados, con una espléndida
Carmen Maura. Aunque sería injusto silenciar la acabada composición
de Verónica Forqué como una prostituta con el corazón de oro, y
cuatro ultrajantes, pero divertidísimos “cameos” de Javier
Gurruchaga, inefable dentista mariquita; Jaime Cahávarri,
inenarrable
exhibicionista; Cecilia Roth, consumidora y víctima en un “spot”
de café; y el propio Almodóvar interpretando, en “play-back”,
la casi inevitable “La bien pagá”, tonada tan tierna y cruel
como esta película."*
* José Luís Guarner. Pantalla abierta:
“¿Qué he hecho yo para merecer esto?
La Vanguardia, diumenge 29 d'octubre
de 1984, p. 33.
[Fotos: www.worldscreen.com]
[TorontoTV: ¿Qué he hecho yo para
merecer esto?: La
bien pagá]
2 comentaris:
Realisme pop, en diria jo. Una maruja posada a fer de filòsof. Reflexions amb bata de buatiné. Per tant, la realitat des de dins sense teories, de manera crua; amb la hipèrbole com a recurs estilístic.
Totalment d'acord, Enric! I encara que de vegades a alguns els pugui semblar difícil o inverosímil, Almodóvar és molt molt realista, d'on si no surten tantes frases mítiques!
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