Francesc Català-Roca
Mirador del Tibidabo
c. 1950
"Llego a la cima del monte Tibidabo y
veo a unos cincuenta huérfanos en su uniforme verde aceituna
alineados frente al mirador que se abre a la ciudad. Los niños
tiritan de frío y ansia bajo los arcos de la oficina del parque de
atracciones. Los parques de atracciones... Algún original dice que
esos lugares son un negativo burlesco del infierno, brillo de emoción
en aristas de azogue; el Leteo discurre por túneles donde chillan
las parejas y el tobogán de la montaña rusa es un precipicio de
hierro que lanza condenados a las llamas. Todo es posible.
(…)
Azafata que se aleja, mientras los
niños renuevan el aullido común porque empieza a llover. Y ése no
es el único motivo del infantil delirio: tras el encargado, cruzan
la puerta del parque de atracciones nada menos que el Conde Drácula,
la Momia, el Hombre Lobo y la Criatura de Frankenstein. Tan trabajado
el maquillaje de los monstruos como el de las azafatas, no oculta el
desconcierto de los actores de la Casa del Terror haciendo una súbita
hora extra."*
* Francisco Casavella.
El día del
Watusi. Los juegos feroces.
Barcelona: Mondadori, 2002, p. 9 i 14.
[Torontoràdio: Bobby Pickett: Monster mash]
3 comentaris:
Els parcs d'atraccions i les fires són l'altre costat del mirall.
¡Fantástico Casavella! Cronista genial. Este libro me enganchó mucho al principio. Al final, menos. Pero esa Barcelona era nuestra Barcelona también.
I de vegades fa vertigen creuar el mirall, Enric, però és així, és el què hi ha!
Insonrible, solo he leído, hace tiempo El triunfo, y ahora Los juegos feroces, me quedan dos más de El día del Watusi, pero de momento con este primero he disfrutado mucho mucho... con el Apache, el Yeyé y compañia!
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